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Los mercados de renta variable mantienen su fortaleza pese a los riesgos inflacionistas

Consulte el análisis de Damien Petit, responsable de Private Banking Investment en Banque de Luxembourg, publicado en la revista económica y financiera luxemburguesa Paperjam.

Los mercados de renta variable registran sólidas ganancias en los primeros compases del año, pese al aumento de las expectativas de inflación. Damien Petit, responsable de Private Banking Investment

 

Los rendimientos de la renta fija, que se mantienen todavía en niveles muy reducidos en términos absolutos, han mostrado una trayectoria ascendente en estos últimos meses. Así pues, en Estados Unidos, locomotora del crecimiento económico mundial, los tipos de la deuda soberana a 10 años han registrado un incremento cercano al 0,7% desde principios de año. En los 12 últimos meses, el avance es de casi un 1%. Esta subida de los rendimientos conllevará un aumento considerable de las expectativas de inflación. En el próximo periodo de 10 años, el mercado de renta fija prevé una inflación anual media de en torno al 2,5% en el país norteamericano (frente al 1,1% de hace 12 meses). Por lo que respecta al consumo, la última encuesta de confianza realizada por la Universidad de Michigan dejaba entrever una ligera modificación de las expectativas de inflación a largo plazo. No obstante, todavía es demasiado pronto para sugerir un cambio sustancial en la percepción de los hogares sobre la evolución de los precios.

¿Un aumento transitorio de la inflación?

La recuperación que se vislumbra en el horizonte recibe su impulso de los planes de estímulos masivos y de la mayor movilidad derivada del buen ritmo de los programas de vacunación en los países desarrollados. Esta dinámica, aunada a los efectos de base observados especialmente en los precios de las materias primas, propulsa considerablemente los precios al alza.En abril, el índice de precios de consumo estadounidense mostraba un avance superior al 4% anual, lo que representa un incremento muy superior a las expectativas y el más notable desde 2008. Las conversaciones acerca de la posible reducción de los estímulos monetarios podrían iniciarse en las próximas reuniones de la Reserva Federal. Ahora bien, dicha retirada paulatina depende en suma medida de la evolución de los datos económicos, especialmente del mercado de trabajo. Por otro lado, el banco central estadounidense considera que la subida actual de la inflación constituye un fenómeno pasajero. Esta narrativa «acomodaticia» respalda los activos de riesgo, ya que los inversores prevén que se mantendrá un sesgo ultraexpansivo en la política monetaria.

Los mercados de renta variable persisten en su trayectoria alcista, aunque con una enorme disparidad entre regiones y sectores.

Desde principios de año, el mercado mundial de renta variable ha cosechado una sólida rentabilidad (+10% en euros). No obstante, esta dinámica oculta una dispersión muy elevada en términos sectoriales (los sectores más cíclicos despuntan) y geográficos (los países emergentes y Japón se sitúan en el vagón de cola). Asimismo, cabe mencionar que determinados segmentos del mercado experimentan un movimiento de corrección considerable. Las recogidas de beneficios son saludables y poco sorprendentes si nos atenemos al frenesí especulativo de los últimos meses y trimestres. A título de ejemplo, el ETF temático ARK Innovation, centrado en empresas que operan en el sector de las «tecnologías disruptivas», cedió más de un 30% desde su nivel máximo del pasado mes de febrero. El índice IPOX SPAC, que refleja la rentabilidad de un universo de empresas de adquisición con fines especiales (SPAC) cotizadas en Estados Unidos, sufrió una caída de más del 20% desde el máximo alcanzado a principios de año. Las criptomonedas también se están viendo penalizadas, como demuestra el retroceso de casi un 40% del Bitcoin desde su máximo de mediados de abril.

Las perspectivas de la renta variable siguen revelándose halagüeñas.

Por lo que respecta a las clases de activos tradicionales, la renta variable sigue ofreciendo unas perspectivas de rentabilidad más atractivas, sobre todo en un entorno potencialmente más inflacionista. La notoria aceleración del crecimiento mundial —confirmada especialmente por la trayectoria alcista de los indicadores adelantados— debería apuntalar los beneficios empresariales en los trimestres venideros. Sin embargo, las elevadas valoraciones abogan por un enfoque de gestión activa prudente y dejan entrever unos rendimientos absolutos para los 10 próximos años más limitados que durante el decenio anterior.

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Juan Carlos Durán
Asesor de banca privada